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Rosmilda es una mujer del pacífico colombiano que nació en el departamento de Nariño, es casada, tiene una hija y un hijo. Ella es la fundadora y actual representante de la Asociación de Parteras Unidas del Pacifico - ASOPARUPA en Buenaventura, Valle del Cauca. Esta es una organización social conformada por mujeres parteras tradicionales, que trabajan desde hace más de 27 años por visibilizar y fortalecer el oficio  en esta región del país.

Rosmilda llegó muy joven a Buenaventura, en esa época, era modista, recuerda que una partera reconocida como La Chola, la invitaba y le decía todo el tiempo que ella tenía el don para ser partera, sin embargo, nunca había pensado en esa opción, y aunque hizo un curso de primeros auxilios, no se veía recibiendo un bebé. Pero Chola insistió, le hablaba de todo lo que podía hacer como partera. Recuerda que en ese tiempo había un comité de participación comunitaria que lo conformaba un grupo de mujeres de los diferentes barrios, ellas la invitaban a conocer las mujeres, le explicaban los riesgos,  el cuándo podía o no  atender un parto, y fue así que Rosmilda se enamoró de esta labor y tomó su decisión.

“Quise ser partera porque vi la necesidad del rescate, conservación y transmisión de esos saberes culturales y ancestrales que estaban prácticamente perdidos, porque una partera atendía un parto y lo primero que le decía a la mujer es yo le atiendo el parto, pero no vaya a decir que yo la atendí, las parteras tenían miedo de que la medicina occidental se diera cuenta que estaban atendiendo partos”, aseguró Rosmilda. Cuando  identificó estas situaciones, decidió ser partera, pues para ella la partería es  un trabajo social comunitario que le permitía acercarse a las personas, saber qué piensan, qué preguntas o dudas tienen, y acompañarlas durante el embarazo, parto y postparto.

Pese a estar capacitadas, en los puestos de salud no las aceptaban como apoyo, fue por ello, que decidieron organizar un grupo de parteras para crear una organización que reconociera y representara su labor como parteras tradicionales del Pacífico colombiano, así nació ASOPARUPA el 3 de mayo de 1991.

“En este oficio de la partería, las mujeres nos volvemos consejeras, madrinas, y ayudamos en todo. Hay una cercanía con la familia, unión y un vínculo, porque a veces nos toca entrar hasta el fondo de la casa para saber cómo vive esa familia, en qué condiciones está la embarazada; muchas veces es rechazada, en algunos casos el hombre no quiere ese embarazo, o es una familia con muchas dificultades económicas”, mencionó Rosmilda.

Recuerda que una vez le tocó atravesar un puente arrodillada porque se movía tanto que no podía cruzar caminando. Como partera tradicional, ha viajado en barco, lancha, avión, y ha tenido momentos que jamás se imaginó vivir. Para ella, es un sueño que ha hecho realidad con mucho amor; lograr que la gente la reconozca y las parteras se empoderen de su labor y se reconociera su cultura, conservando así una tradición, un saber ancestral.

La partería tradicional para Rosmilda es un compromiso, un amor, una dedicación, es un sentir, un rescate, y la conservación y transmisión de esos saberes ancestrales que aún se encuentran en riesgo de desaparecer. En el pacífico colombiano, la labor de las parteras tradicionales es muy importante, son quienes ayudan a la comunidad, son sabedoras de medicina tradicional.

ASOPARUPA como organización que reúne a más de 80 parteras se ha fortalecido bastante para conservar la cultura, fortalecer las habilidades y capacidades de las parteras tradicionales, así como cuidar a las mujeres y  niño/a que está en el vientre. Además, ha logrado un gran avance en el reconocimiento de este oficio, hoy la sociedad sabe que existe la partería tradicional como patrimonio cultural.

“Para nosotras la llegada de Partera Vital es poder tener nuevos aprendizajes, nuevas oportunidades de apoyo, de capacitación a las parteras de ASOPARUPA, para que sigamos aprendiendo y enseñando la bonita labor de la partería tradicional en nuestro territorio”, mencionó Rosmilda.