Usted está aquí

Debemos encargarnos de eliminar los obstáculos que siguen menoscabando la opinión, la capacidad de decisión, el consentimiento y la igualdad de las mujeres. Ha llegado el momento de cumplir nuestros compromisos colectivos con vistas a garantizar la autonomía y la integridad corporal de las mujeres y las niñas en todos los ámbitos de la vida”

 

Natalia Kanem. Directora Ejecutiva de UNFPA.

 

Bogotá D.C. Marzo 8 de 2021. Hoy, Día Internacional de la mujer, resulta fundamental destacar la importancia del ejercicio de la autonomía de las mujeres como una forma de contribuir a la erradicación de las violencias, la materialización de proyectos de vida y el logro de la igualdad de género. En ese sentido, el ejercicio de las dimensiones económica, física y reproductiva de la autonomía se convierten en habilitantes para el reconocimiento y efectiva garantía de los derechos fundamentales y en un imperativo para el desarrollo y la paz de las sociedades. Si bien la crisis generada por la COVID-19 ha provocado graves consecuencias para todas las personas, es necesario señalar que existen afectaciones diferenciadas sobre las mujeres; la pandemia, por ejemplo, afectó su capacidad de generar ingresos y recursos propios, la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado en igualdad de condiciones y una equitativa distribución de las responsabilidades en el hogar.  

 

Según el DANE, la tasa de desempleo en 2020 para las mujeres fue de 20,4%, aumentando en 6,8 puntos porcentuales respecto al año anterior. Por su parte, la tasa de desempleo para los hombres fue de 12,7%, evidenciando una brecha de género de -7,7 p.p. Frente a las labores de cuidado, en 2020 las mujeres destinaron, en promedio, 26,4 horas a la semana a oficios del hogar y actividades de cuidado, 15,1 horas más que los hombres (11,3 horas promedio a la semana), aumentando 0,7 horas semanales frente al 2019 (DANE).

 

Vivir una vida libre de violencias y tomar decisiones sobre el cuerpo y la sexualidad dan cuenta del ejercicio efectivo de la autonomía de todas las mujeres.  En este marco, las medidas de confinamiento significaron un aumento en el riesgo a sufrir Violencia Basada en Género (VBG); las líneas de atención dispuestas para atender casos de VBG, demuestran que desde marzo de 2020 a febrero de 2021 las llamadas aumentaron 84%, (CPEM). Los feminicidios se han visibilizado con mayor fuerza en el último año, como consecuencia del aumento en los casos de violencias contra niñas y mujeres. Según la Fiscalía, en 2020, 147 mujeres fueron víctimas de violencia feminicida, aunque cifras de organizaciones de sociedad civil estiman que las víctimas fueron 217.

 

Frente a la autonomía reproductiva, en el contexto de pandemia, la restricción de los servicios de salud y la priorización de recursos y atenciones para solicitudes relacionadas con la COVID-19, se han traducido en la generación de barreras para las mujeres frente al acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo el acceso a información y métodos anticonceptivos y la práctica de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), generando importantes consecuencias en la vida de las mujeres, sus familias y comunidades, así como repercusiones en las tasas de fecundidad adolescente y la mortalidad materna.

 

En el contexto descrito, desde UNFPA consideramos fundamental destacar las acciones, luchas y movimientos sociales impulsados desde las organizaciones feministas y por las mujeres lideresas, quienes han forjado el camino de reconocimiento y exigibilidad de los derechos humanos ante el Estado, sus instituciones y nuestra sociedad. Sus voces han permitido crear oportunidades y visibilizar las necesidades y llamados de las mujeres jóvenes, indígenas, afrodescendientes y migrantes, y han abierto las puertas para el logro una sociedad más justa, incluyente e igualitaria.

 

Por lo anterior, consideramos fundamental el avance en el reconocimiento de los derechos fundamentales de las mujeres, asegurando las garantías suficientes para su goce efectivo. UNFPA Colombia reitera su compromiso en la construcción de igualdad real y efectiva, aportando herramientas que permitan a las niñas, jóvenes y mujeres encontrar y levantar su propia voz, así como la implementación de acciones que aporten a su reconocimiento y empoderamiento, y posibiliten el ejercicio pleno y efectivo de su autonomía, sus derechos sexuales y reproductivos, así como su dignidad.

 

Hoy conmemoramos a todas las mujeres del mundo, a las jóvenes, adolescentes y niñas, a las indígenas, afrodescendientes, a las mujeres diversas. A quienes han forjado el camino del cambio y a quienes han dado su vida en la lucha por la igualdad. Hoy conmemoramos a las sobrevivientes, a quienes han levantado su voz y a todas aquellas que han aguantado, en silencio, la violencia, la desigualdad y la discriminación.

 

 

 

 

Documentos consultados: