Uno de los Derechos Sexuales y Reproductivos de todas las personas es la posibilidad de tener información, educación y libre toma de decisiones para disfrutar la sexualidad sin riesgos y así alcanzar el nivel más elevado posible de salud en relación con su sexualidad, incluido el acceso a servicios de atención de la salud sexual y reproductiva y, de métodos de protección como los condones. Los condones femeninos como los masculinos son métodos de barrera y de doble protección; es decir, que si se usan correcta y consistentemente evitan tanto la adquisición de infecciones de transmisión sexual –ITS- como los embarazos no deseados. Así mismo, vale decir, que el condón femenino fue diseñado para que su uso dependa de cada mujer y se adapte a su cuerpo; lo cual representa un aporte sustancial a la creación de contextos de mayor autonomía y control para las mujeres sobre sus cuerpos y sobre todos los ámbitos de su sexualidad.