Bogotá, 13 de mayo de 2018. La maternidad deseada, saludable y segura es un derecho humano que fortalece la autonomía y la decisión de las mujeres sobre el ejercicio de su sexualidad y reproducción. Las mujeres gestantes tienen derecho a acceder a servicios de calidad en salud sexual y reproductiva que garanticen su salud y su vida. Ninguna de ellas debería morir como consecuencia de complicaciones prevenibles antes, durante y después del parto.
Para el Fondo de Población de las Naciones Unidas -UNFPA, el Día de la Madre es una celebración que se enmarca en la garantía de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, los cuales precisan, entre otros, el derecho a decidir libremente si se desea o no tener hijos/as, cuántos y cada cuánto tenerlos, el derecho a acceder a servicios integrales en salud sexual y reproductiva para garantizar la salud materna y el ejercicio de una maternidad con un trato equitativo en la familia, en espacios educativos y en el trabajo.
Todos estos derechos responden a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) N° 3 'Salud y Bienestar' y N° 5 'Igualdad de Género', que se proponen alcanzar metas e indicadores relacionados con la salud sexual y reproductiva, los partos asistidos por personal especializado y las muertes maternas para el año 2030.
La razón de mortalidad materna, es un indicador de desarrollo que en la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que culminó en el año 2015, no fue alcanzado por el país, debido a las brechas que aún existen entre las mujeres por el nivel de riqueza, educación, zona que residen (urbana y rural), pertenencia étnica, entre otras igual de importantes a las violencias de género. Para el año 2030 Colombia propuso para el ODS No. 3 'Salud y Bienestar' como indicador trazador la reducción de la mortalidad materna, para el cual es evidente la necesidad que hay de asegurar la salud materna, entender los contextos y analizar las cifras que revelan las barreras y vacíos que son obstáculo para poner fin a las muertes maternas evitables en todo el territorio nacional.
En Colombia el 97,5% de las mujeres entre 13 y 49 años tuvieron atención prenatal, el 95,9% contó con asistencia durante el parto calificado y el 77,5% tuvo control médico posparto [1]; sin embargo, cada día muere una mujer gestante por causas relacionadas con el embarazo, parto o posparto [2], muertes que en su mayoría son prevenibles (hemorragias, infecciones o hipertensión arterial durante la gestación) con un adecuado seguimiento y acceso a servicios integrales y de calidad en salud sexual y reproductiva. ¿Cuáles son entonces los factores que ponen en riesgo la salud y vida de las mujeres gestantes?
En las regiones más apartadas del país, algunas de las barreras de acceso a los servicios de salud materna están determinadas, por condiciones geográficas que hacen más largos y difíciles los desplazamientos a las cabeceras municipales o ciudades capitales donde es posible encontrar atención especializada para atender situaciones de riesgo antes, durante y después del parto. Así mismo están los costos de transporte que debe asumir la mujer o su familia para acudir a los controles prenatales, los cuales cumplen una función de seguimiento durante la gestación para garantizar la salud de la madre y el bebé.
También existen otras barreras de tipo cultural e institucional, como por ejemplo la de las mujeres indígenas y afrocolombianas, relacionadas con la adecuación de los servicios de salud institucionales a los saberes ancestrales y tradicionales de sus pueblos, las cuales requieren un entendimiento de prácticas como el parto vertical, la comunicación en su propia lengua y el acompañamiento de la familia durante el proceso de gestación, parto y posparto, entre otras, como parte esencial de la maternidad (Ver Reconocer y fortalecer el trabajo de las parteras es el camino para mejorar la salud materna de las mujeres en las zonas más apartadas de Colombia).
Si a todo lo anterior se suma, que en los departamentos donde hay una mayor proporción de mortalidad materna, también se presenta un alto porcentaje de embarazos en la adolescencia, embarazos no planeados, violencia sexual y una alta necesidad insatisfecha en anticoncepción, se podrá identificar y actuar sobre problemas de tipo estructural que vulneran los derechos sexuales y reproductivos, y como consecuencia la salud sexual y reproductiva de las mujeres en Colombia.
¿Cuántas mujeres no planearon ser madres?
Para el año 2015, el 50,5% de las mujeres no planearon su embarazo [3]; lo que quiere decir que aproximadamente la mitad de las mujeres en Colombia tenían planes distintos al de ser madre al momento de quedar embarazadas.
Las causas de los embarazos no planeados están cimentadas en la desigualdad de género que anula la capacidad de las mujeres, niñas y adolescentes para tomar decisiones sobre su cuerpo, su sexualidad y reproducción; así como en las barreras de acceso a información de calidad y a una educación integral para la sexualidad; a servicios de anticoncepción, incluida la anticoncepción de emergencia; a mecanismos para la prevención de las violencias de género, especialmente la violencia sexual, y a otros determinantes de carácter social, familiar, institucional, cultural y económico.
Muchos de estos embarazos ocurren en niñas y adolescentes, cuyos cuerpos no están preparados para la gestación y por lo tanto, son potencialmente un riesgo para su salud y su vida; los cuales al igual que la mortalidad materna están arraigados a las desigualdades de género y son prevenibles.
¿Cómo hacer frente a estas situaciones?
La Política de Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos protege el derecho de las mujeres para acceder a información, asesoría y servicios que garanticen el ejercicio de la maternidad de manera libre, autónoma y saludable. Lo que significa que todas las mujeres gestantes, independientemente de que hayan planeado o no su embarazo, tiene derecho a acceder a servicios integrales de salud y atención médica para garantizar un embarazo, parto y posparto sin riesgo; así como a ejercer la maternidad en condiciones de equidad en la familia, en espacios educativos y laborales, y a continuar con su proyecto de vida profesional o personal sin limitación alguna.
Para asegurar lo anterior, es necesario que la política pública reconozca la diversidad de necesidades y contextos de las niñas, adolescentes y mujeres colombianas, de tal forma que intervenciones como la educación integral para la sexualidad y los servicios de salud sexual y reproductiva lleguen con la calidad requerida hasta el último rincón del país, y así reducir las brechas existentes de la mayor mortalidad materna en mujeres indígenas, afrodescendientes, de las zonas rurales, con menor nivel educativo y en pobreza.
Por otra parte, los acuerdos internacionales ratificados por Colombia como el Programa de Acción aprobado en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (Cairo, 1994) y el Consenso Montevideo (15 de agosto 2013) marcan una pauta para el cumplimiento de compromisos relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva de las mujeres.
Sin embargo, esto no será suficiente si no se cuenta con la voluntad para dar prioridad y continuidad a políticas integrales e intersectoriales que protejan los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres en todo el territorio nacional.
Todas las mujeres tienen derecho a decidir si son madres, y quienes lo deciden, tienen derecho a gozar de una maternidad segura, saludable y en condiciones de equidad.
[1] Encuesta Nacional de Demografía y Salud, 2015. Capítulo 11: Salud Materna, p. 177, 198, 208.
[2] Cálculos propios (UNFPA) a partir de datos del Instituto Nacional de Salud -SIVIGILA-, 2017.
[3] Los embarazos no planeados se refieren a los embarazos que no se querían o se querían más adelante. Fuente: ENDS, 2015