Colombia debería invertir más en adolescentes y jóvenes para una paz duradera
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Gobierno invierte el 2.9% del PIB en jóvenes entre 14 y 28 años pero es insuficiente.
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El 36,66% (2.613.485) de las víctimas del conflicto armado tienen entre 12 y 28 años.
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De los/as jóvenes combatientes en grupos armados, 43% son mujeres.
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El embarazo en niñas de 10 a 14 años es el doble en municipios con presencia de actores armados, que en municipios sin ninguna afectación.
Bogotá, 7 de julio de 2015. Gobierno invierte el 2.9% del PIB en jóvenes entre 14 y 28 años, pero esta inversión es insuficiente para garantizar sus derechos humanos y reducir las brechas de inequidades que afectan a las poblaciones más vulnerables: jóvenes rurales, afrodescendientes, indígenas y mujeres, reveló el estudio “El gasto público en adolescencia y juventud en Colombia”, que presentado en el Foro “Invertir en jóvenes como condición para una paz duradera en Colombia” el jueves 7 de julio en el Museo Nacional, por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Dirección del Sistema Nacional de Juventud “Colombia Joven”, como celebración del Día Mundial de Población.
Este año, el Día Mundial de Población, celebrado en más de 150 países, llama la atención sobre la necesidad de invertir mayores recursos en adolescentes, especialmente mujeres, que en todo el mundo enfrentan obstáculos para materializar sus derechos a la salud, la educación, el bienestar económico y la prevención de la violencia de género y sexual, especialmente en países afectados por conflictos armados.
En el marco del actual proceso de negociación del gobierno nacional con las FARC – EP, y del alistamiento del país para avanzar en la construcción de una paz estable y duradera, invertir en mejores condiciones para adolescentes y jóvenes que garanticen sus derechos humanos es una condición indispensable para el éxito y la sostenibilidad de los esfuerzos.
¿Cuánto invierte Colombia en jóvenes?
En Colombia, cerca de 13 millones de colombianos son jóvenes (entre 14 y 28 años), siendo el 27% de la población colombiana. El gasto total (nacional y territorial) en adolescencia y juventud asciende a 21,9 billones de pesos y equivale al 2.9% del PIB. El sector que destina mayores recursos específicamente para jóvenes es educación (40,8% del total). Le siguen otros sectores donde la inversión no es exclusiva para jóvenes sino que puede cobijar al núcleo familiar: 26,6% para salud, 10,2% para desarrollo social (ICBF, atención a adolescencia, juventud, víctimas y población vulnerable), 10,4% para gastos ampliados (vivienda, deporte, recreación, cultura, justicia, ambiente); y otros gastos en bienes públicos (11,4%) para infraestructura social, servicios públicos, funcionamiento y gestión del gobierno.
Sin embargo, esta inversión es insuficiente y no logra impactar a muchos jóvenes del país, especialmente a aquellos en zonas rurales, afrodescendientes, indígenas y mujeres, que se encuentran en peores condiciones que el promedio nacional.
La violencia es la principal causa de muerte en la población joven, que aportan el 50,8% de las muertes por homicidio en el país. La pobreza afecta al 61% de la juventud rural y al 38% de la juventud urbana.
A pesar de que la educación es el sector donde más se invierte, sigue habiendo grandes brechas en el acceso y la calidad de la educación entre los jóvenes. Aquellos que viven en zonas rurales acceden un 24% menos a educación secundaria y media que los de zonas urbanas. 13,5% de estudiantes no terminan la primaria y 30,9% de adolescentes no terminan la secundaria. 13% de los adolescentes que terminan la secundaria no continúan en 10° y 11,30% de quienes presentan pruebas SABER 11° no ingresan a educación superior. (Conpes 173, 2014)
A pesar de que la afiliación en salud cobija al 96% de los y las jóvenes, la situación en salud sexual y reproductiva refleja debilidad en el acceso y la calidad de los servicios de salud: los jóvenes son el 42% de los nuevos casos de las infecciones por VIH en el país; 19,5% de las adolescentes de 15 a 19 años son madres o están embarazadas, de las cuales el 64% (ENDS, 2010) querían el embarazo más tarde o no lo querían, lo cual implica una falta de acceso a información y anticoncepción; 54% de las víctimas de delitos sexuales son mujeres entre 10 y 29 años de edad. (Forensis, 2014).
En términos de empleo, los y las jóvenes representan el 51,4% de los desempleados del país, con un total de 1,1 millones de personas, siendo mayor la tasa de desempleo para las mujeres. 21,8% de los jóvenes no estudian ni trabajan; esta cifra sube a 39% para las mujeres jóvenes.
El 36,66% (2.613.485) de las víctimas del conflicto armado tienen entre 12 y 28 años (UARIV, 2015). De los/as jóvenes combatientes en grupos armados, 43% son mujeres, 69% de adolescentes reclutados tienen menos de 15 años, 69% proceden de familias campesinas, 66% no completaron educación primaria, 14% son analfabetas, y 29% son indígenas. (Springer, 2012).
“Es urgente que se haga visible la situación de adolescentes y jóvenes más desaventajados de Colombia, sobre todo aquellos involucrados y afectados por el conflicto armado, y dirigir hacia ellos y ellas los recursos públicos necesarios para sacarlos de la pobreza, el analfabetismo, la violencia y la desigualdad. De otra manera, será más difícil consolidar una paz duradera”, asegura Jorge Parra Vergara, Representante del UNFPA en Colombia.
Lo que recomienda el UNFPA
- Cerrar brechas de acceso a los servicios especialmente para jóvenes rurales, indígenas y afrodescendientes.
- Implementar más programas de emprendimiento, empleabilidad e innovación para jóvenes.
- Fortalecer la inversión en la promoción de los derechos y la salud sexual y reproductiva y el acceso a servicios de salud en jóvenes.
- Consolidar el empoderamiento, la participación y la libre expresión en jóvenes como medio para prevenir la violencia y consolidar la paz
- Generar información presupuestal más desagregada y asociada a resultados para mejorar la medición del gasto público en juventud.
- Invertir en adolescentes y jóvenes mujeres para reducir desigualdad y violencias de género.