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En Colombia cada día hay 18 partos de niñas de 10 a 14 años, 21 niñas entre 10 y 14 años son violadas (Certificados de Nacido Vivo, 2014 en www.sispro.gov.co),  el 69.9% de las adolescentes entre 15 y 19 años no usan métodos anticonceptivos (ENDS, 2015). La pobreza, el desplazamiento, las violencias, incluida la violencia sexual, el embarazo infantil, las prácticas nocivas como la mutilación genital femenina y el matrimonio temprano, afecta el desarrollo integral de las niñas y mujeres en el país.

En los espacios laborales, a algunas mujeres se les ha exigido prueba de embarazo, prueba de estirilización o las despidieron cuando estaban embarazadas (ENDS, 2015).

Los embarazos infantiles y en la adolescencia son una de las principales causas de deserción escolar, lo que se constituye como una barrera para que las niñas y mujeres accedan a una educación de calidad, a un trabajo digno y tengan herramientas que les permita tomar decisiones de manera autónoma sobre su vida sexual y reproductiva.

Mensaje de Jorge Parra, Representante en Colombia del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)

 

¿De qué manera podemos contribuir para lograr un planeta 50-50, donde las mujeres cuenten con las condiciones para acceder a las mismas oportunidades laborales de los hombres?

  • Transformando estereotipos y prejuicios que anulan la autonomía de las niñas y mujeres.
  • Contribuyendo en la garantía de acceso a una educación de calidad, incluida la educación integral para la sexualidad que les permita tomar decisiones libres, sin ningún tipo de presión sobre su vida sexual y reproductiva, que prevenga la violencia de género, incluida la violencia sexual, los embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual.
  • Garantizando información y acceso a métodos anticonceptivos.
  • Prevenir las uniones tempranas, los embarazos infantiles y en la adolescencia, y las prácticas nocivas como la mutilación genital femenina.
  • Comprendiendo que la sexualidad es una condición de todos los seres humanos y por tanto el acceso universal a la salud sexual y reproductiva es fundamental para la igualdad de género y el desarrollo sostenible de las sociedades. 

Una niña, una adolescente o una joven que pueda ejercer libremente sus derechos sexuales y derechos reproductivos será una mujer con mayores y mejores opciones en todos los aspectos de su vida, incluido el espacio laboral.

Ahora es cuando debemos generar los cambios: toca la campana por la igualdad de género.