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María Ignacia, va más allá de la partería, está dispuesta a apoyar a la comunidad del Medio Baudó o donde deba ir a atender a las personas que la necesitan. Es una partera activa, a quien, junto a  sus compañeras, le gusta capacitarse y enseñar. Ella está dispuesta a superar los retos que implica tomar un bote o una lancha en esta zona del país, y buscar a las demás parteras para invitarlas a participar en los espacios de formación.  

“La partería para mi es una armonía, servirle a la comunidad, estar cuando me necesite una gestante, acudir a la hora en que me llamen, eso es partería”, comenta María Ignacia, como la conocen en su comunidad y en la Asociación de la Red Interétnica de Parteras y Parteros del departamento del Chocó - ASOREDIPARCHOCÓ, de la cual hace parte.

María se hizo partera por herencia de su abuela, quien también fue partera, además, reforzó su sabiduría con su tía que también le enseñó, “la primera vez que recibí un parto, fue en un lugar que le dicen La Raya en el Atrato, al principio estaba nerviosa por ser mi primera vez, pero atendí el parto normal ¡me gustó! - ¡quedé encantada!, desde ese momento, soy feliz cuando ayudo, traer vida me encanta, yo vivo contenta de poder ayudar”. Según sus cuentas, ha atendido más de 270 partos, aunque pueden ser muchos más, porque a veces olvida llevar sus registros.

Ser partera/o tradicional, consiste en estar dispuesta/o y disponible siempre, en apoyar la atención del parto humanizado en contextos donde no hay equipos de salud o donde las comunidades enfrentan múltiples barreras de acceso, son quienes acompañan a las mujeres antes, durante y después del parto. Muchos partos son atendidos en las casas de las gestantes, puesto que no es fácil el traslado de las personas, por ello, las y los parteros, en ocasiones deben recorrer hasta seis horas  o más de camino, para llegar a la casa de la gestante y atenderla.

Para María Ignacia la labor de la partería va mucho más allá de atender un parto, consiste en estar pendiente de la gestante, en acompañarla y cuidarla, identificar si está decaída, pálida o se siente mal, si hay fiebre, dolores o malestares, así mismo, aconsejar para que vaya al médico y tenga sus controles, para que coma y duerma bien; preguntar ¿cómo está?, ¿cómo amaneció el/la bebé?, “si la gestante está bien, el bebé está bien, si ella está mal, el bebé está mal”, dice.

Para ella, ser parte de ASOREDIPARCHOCÓ es sentirse reconocida en su saber como partera tradicional, es poder brindar a su comunidad el apoyo que necesita.

María Ignacia participó en la primera fase del proyecto Partera y Vital,  ejecutada en 2020, y este año continúa en la segunda fase. “Partera Vital, para nosotros significa mucho, porque con ellos conseguimos elementos para trabajar; a mí me gusta aprender, nos enseñan mucho, uno va aprendiendo y agarrando conocimiento, nos dan herramientas para trabajar en la comunidad. Me han enseñado cómo usar el tensiómetro, la campana, el metro. Con la enseñanza me ha ido bien, ya sé tomar la presión, y con la campanita de pinard, la rueda para contar los meses y también el pantalón contra choque para una hemorragia, ya sé cómo usarlo para una emergencia. ¡Me gusta mucho aprender y quiero seguir aprendiendo”.