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30 parteras y parteros del Chocó portadoras/es de un conocimiento ancestral que se ha transmitido de generación en generación con la misión de dar la bienvenida a nuevas vidas y cuidar a las mujeres, hoy hacen parte de la iniciativa de innovación social ‘Partera Vital’, un proyecto que desarrolla UNFPA Colombia en este departamento.

 

Contribuir con la reducción de la mortalidad y la morbilidad (enfermedad) materna, y perinatal en la población afrocolombiana e indígena en el Chocó, a través de la articulación entre la sabiduría ancestral con los servicios de salud, de estadística y registro, es el propósito que se ha trazado UNFPA con esta iniciativa, una innovación social, pionera en el país, que integra el saber comunitario y la institucionalidad, para que parteras y parteros puedan notificar y registrar la información de niños y niñas que nacen gracias a su acompañamiento.

Partera Vital es un prototipo de aplicación Web para teléfonos móviles que mejora el registro de gestantes y de hechos vitales, también permite que el sistema de estadística pueda facilitar el registro para los recién nacidos. Además, busca que el sistema de salud pueda acompañar, inicialmente a las 30 parteras tradicionales que recibieron estos móviles en el seguimiento que realizan; ayuda e identifica factores de riesgo y señales de alarma con el fin de prever posibles complicaciones y realizar remisiones oportunas de las gestantes cuando se requieran. Este aplicativo fue desarrollado usando metodologías de mapeo de empatía, diseño de servicios y experiencia de usuarios, logrando así, mejorar la comunicación entre los sistemas de salud, de recopilación de datos para las estadísticas vitales y el registro de nacido vivo, lo cual se traduce en garantía de derechos.

La partería en el Chocó hace parte de su riqueza cultural y territorial, de la diversidad y de saberes ancestrales que se transmiten de generación en generación, permaneciendo viva en parteras y parteros que llevan 30, 40 y hasta 60 años acompañando y ayudando a las mujeres durante el embarazo, y preparándose para recibir cada día, nuevas vidas, en zonas apartadas donde la institucionalidad no alcanza a llegar.

Francisca, más conocida como Pacha, siempre soñó con ser partera, “Soy partera tradicional desde hace 35 años, mi abuela era partera y yo desde pequeña quería serlo. Hasta la fecha he atendido 7.400 partos y cada uno me llena de alegría al ver nacer una nueva vida en mis manos. En la comunidad somos consejeras, parteras, curanderas, tenemos como cinco dones en uno. La gente nos cree y nos quiere, acá nuestra labor es muy importante, sin ella tendríamos un problema de salud pública”.

“Ser partera es aprender, ayudar a la familia y a la comunidad. Me nació serlo y por eso aprendí, he recibido muchos muchachos, ya no llevo la cuenta, lo que si tengo claro es que nunca se me ha muerto ninguno” Ana Isabel, partera de 84 años.

Chocó, ubicado en la costa pacífica de Colombia, tiene una población de alrededor 534.826 habitantes, lo cual representa al 1,1% de la población total del país. El 55% vive en área rural y la mayoría de su población es joven, lo cual implica desafíos en los servicios de salud, educación, protección, cuidado, recreación, promoción del deporte y la cultura. Su contexto incrementa las brechas en materia de salud, especialmente en servicios de salud sexual y reproductiva, la mortalidad materna en este departamento puede superar la cifra nacional hasta tres veces, en este contexto, las parteras y parteros tradicionales llegan a ser las únicas personas que prestan estos servicios en la zona, sino fuese por su sabiduría y acompañamiento el indicador de mortalidad materna sería aún más alto.

Para mí es un orgullo ser de los pocos parteros. Tomé la decisión de serlo en el momento que miré, que en mi comunidad las parteras iban muriendo o se habían ido, ahí vi la necesidad de apoyar la partería y ayudar. Nosotros hacemos parte de la salud, en una comunidad donde no hay, ni llegan médicos ni enfermeras, nosotros somos ese médico, esa enfermera que las personas necesitan, la gente nos consulta, la comunidad y las mujeres nos tienen confianza”. Luis Américo es uno de los parteros que presta este servicio en el Chocó, pues la mayoría son mujeres.

Este piloto que comenzó en julio de este año, en el contexto de la pandemia por Covid-19 y que nos trasladó al mundo virtual, en una región donde el acceso a internet es limitado, donde muchas de las parteras y parteros no saben leer o escribir, logró cumplir sus objetivos enfocados en: fortalecimiento institucional y las capacidades comunitarias, abogacía y diálogo político, dotación de insumos tecnológicos y el desarrollo de la herramienta -Partera Vital-, y con ello, la capacitación de 30 parteras y parteros en el uso de esta tecnología para el registro del nacido vivo y el reconocimiento de señales de alarma durante el embarazo, el cuidado de gestantes y recién nacidos; a través de esta aplicación, las instituciones recibirán información directa de la comunidad y se acortarán brechas.

Además, se han fortalecido capacidades de funcionarias/os de instituciones de salud y registro con el fin de articularse con parteras y parteros tradicionales del territorio y así, lograr dar respuesta a las necesidades de la comunidad.

Partera Vital logra integrar lo comunitario y la institucionalidad, en un trabajo articulado con la comunidad, la Red Interétnica de Parteras y Parteros del Chocó – ASOREDIPAR -, el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), el Fondo de Población de Naciones Unidas -UNFPA – en Colombia y actores locales como la Secretaría de Salud, delegaciones de registro y oficinas de estadística, que hoy logran el reconocimiento de la diversidad y la labor de parteras y parteras en esta región.

Manuela Mosquera, quien es la directora de ASOREDIPAR Chocó, una asociación que busca resignificar la partería que incorpora a mujeres y hombres que ejercen esta labor, reconoce que “este proyecto -Partera Vital- integra acciones innovadoras, para que parteras y parteros puedan registrar a los niños que nacen, fortalezcan sus habilidades, sus capacidades, y algo muy importante, logra unir la institucionalidad con la comunidad y fortalece la confianza entre líderes, lideresas y sus territorios”.

“Sumado a ello, parteras y parteros se están capacitando, están aprendiendo a manejar equipos tecnológicos y aunque tenemos personas hasta con 80 años de sabiduría ancestral, han aprendido para sorpresa de todos, a conectarse con la herramienta y a prepararse para transferir estos conocimientos, pues detrás de este grupo de 30 personas que hoy son parte de este piloto, hay 60 más que recibirán esta información y así seguiremos afianzando y multiplicando lo aprendido; más que atender un parto, es acompañar, asesorar, guiar, ser referentes en salud materno infantil, así como aliados de la institucionalidad en el territorio”.

Con esta iniciativa el equipo de UNFPA Colombia, con el apoyo de la oficina regional de UNFPA para América Latina y el Caribe -LACRO- beneficia al departamento, y continúa trabajando por alcanzar los tres ceros transformadores, (cero muertes maternas prevenibles, cero necesidad insatisfecha de planificación familiar y cero violencia de género y prácticas nocivas), y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dejando en esta zona del país, una herramienta que reporta a nivel local, departamental y nacional, información sobre el embarazo, los controles prenatales que se realizan, el registro del parto y del nacimiento que se atiende para que los sistemas estadísticos de registro puedan acceder a estos datos y empezar los trámites del registro del nacido vivo.

Por lo pronto, aunque el tiempo ha sido corto, el arduo y continuo trabajo de los equipos que integran esta iniciativa, ha logrado una transformación de la realidad, sin embargo, estos procesos necesitan continuidad, seguir con las adecuaciones de la herramienta para que sean más cercana al usuario, y más aún, en un contexto donde muchas parteras y parteros no saben leer ni escribir. Para ello, es importante movilizar recursos y seguir trabajando en dejar capacidad instalada, para que haya una responsabilidad y apropiación territorial y el saber ancestral que salva vidas, continúe conectando a parteras y parteros tradicionales con la comunidad y las instituciones prestadoras de servicios de salud. 

En las parteras veo sabiduría y eso me da confianza” Yaira, sus partos han sido con ayuda de una partera