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Día Mundial de la Población (11 de julio): Declaración de la Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Dra. Natalia Kanem.

Para que la humanidad progrese, es necesario contar a las personas dondequiera que estén y quienesquiera que sean, en toda su diversidad. Para acabar con la desigualdad, encontrar y fomentar la paz y la prosperidad, y tejer más hilos de esperanza, el mundo necesita hacer más por la inclusión.

Las personas a las que no se contabiliza se vuelven invisibles y, como resultado, quedan desatendidas. Esto contribuye a que una niña de 10 años carezca de atención sanitaria cuando se desplaza durante un conflicto. O a que una mujer mayor con discapacidad no disponga de una red de seguridad cuando se declara una crisis. Deja a un recién nacido de una comunidad indígena remota sin el pasaporte hacia la protección que supone el registro del nacimiento.

En los últimos tres decenios, atendiendo al llamado de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, las sociedades de todo el mundo han logrado enormes avances en la mejora de la recopilación, el análisis y el uso de datos demográficos. Las nuevas cifras demográficas, desglosadas por edad, etnia, género y otros factores, reflejan la diversidad de nuestras sociedades. Por poner solo un ejemplo, aproximadamente dos tercios de los países ahora incluyen preguntas sobre discapacidad en sus censos.

Avances como estos han mejorado la prestación de servicios de salud a personas de todo el mundo y han permitido dar un gran paso adelante en cuanto a salud sexual y reproductiva y en lo que respecta a la capacidad de ejercer sus derechos y de decisión. Las nuevas tecnologías permiten, cada vez más, una medición más granular y oportuna de las experiencias de más personas que nunca.

Aun así, las comunidades más marginadas siguen estando subrepresentadas en los datos, y las consecuencias de esta disparidad repercuten profundamente en su vida y su bienestar. Las investigaciones recientes llevadas a cabo por el UNFPA revelan desigualdades agudas y crecientes, tanto dentro de los países como entre ellos. Por ejemplo, en muchos lugares las mujeres de grupos raciales y étnicos minoritarios son casi invisibles en las estadísticas sobre las muertes maternas. Esta es una de las razones por las que los servicios sociales y de salud pasan por alto sus necesidades y, como consecuencia, una proporción mucho mayor de estas mujeres muere al dar a luz.

El Día Mundial de la Población 2024 es un buen momento para preguntar a quiénes se sigue sin contabilizar y por qué, y el costo que esto tiene para las personas, las sociedades y nuestros esfuerzos mundiales para no dejar a nadie atrás. También es un buen momento para que todos nos comprometamos a redoblar nuestros esfuerzos a fin de que nuestros sistemas de datos reflejen toda la diversidad humana, que nadie pase desapercibido y que todas las personas puedan ejercer sus derechos humanos y alcanzar su pleno potencial. 

Treinta años después de El Cairo, hay mucho que celebrar, pero aún queda mucho por hacer.  Puede que resulte difícil llegar a algunas personas, pero nadie es inalcanzable. Para hacer efectivos los derechos y las decisiones de las personas a quienes se ha relegado a los márgenes de nuestras sociedades, tenemos que contarlas, porque cada una cuenta. Nuestro rico tapiz humano es tan fuerte como el más débil de sus hilos. Cuando los datos y otros sistemas se utilizan en favor de las personas marginadas, favorecen a todo el mundo. Así es como aceleramos el progreso para todas las personas.