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Nilse es una mujer venezolana que, al igual que miles de personas del vecino país, migró hace cinco años a Colombia en busca de oportunidades que le permitieran mejorar su situación económica y de salud. Todo era incertidumbre para ella cuando decidió cruzar la frontera por el río Arauca y quedarse en un asentamiento informal en el municipio del mismo nombre.

Según el Grupo Internacional sobre Flujos Migratorios Mixtos - GIFMM, las principales necesidades que dinamizan el movimiento pendular en la frontera Colombo Venezolana, son el acceso a servicios de salud y medicinas, alimentos y medios de vida. Este es el caso de Nilse quien iba y venía entre Venezuela y Colombia para atenderse una afectación de salud, pues en su país, dada la crisis del sistema, era imposible hacerlo; no obstante, cuando llegó la pandemia, la falta de recursos para hacer los recorridos, así como los riesgos y complicaciones en su salud, la llevaron a quedarse en Colombia con su familia.

Cuando Nilse llegó a Colombia se sentía sola, consideraba que era muy tímida y le era difìcil socializar, tampoco contaba con mucha información sobre sus derechos, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos, ni sabía qué eran las violencias basadas en género, cómo prevenirlas o que existían servicios destinados a proteger el derecho de las mujeres a gozar de una vida libre de estas. Estando en el asentamiento, una vecina la invitó a un espacio de mujeres, aunque no estaba muy segura de ir, le llamó la atención la posibilidad de hablar con alguien y que quizás podrían apoyarla para no sentirse tan angustiada por las situaciones difíciles que estaba viviendo. Decidió participar,  ella comenta que le gustó ver a más mujeres, que la acogieron y cuando las gestoras del UNFPA hablaron de derechos y de prevención de violencias, sintió que quería volver para aprender más. El lugar que menciona Nilse es uno de los 11 espacios seguros que promueve el Fondo de Población de las Naciones Unidas en Colombia, con el apoyo de Bureau of Population, Refugees, and Migration -PRM 

Los espacios seguros son lugares en los que niñas, adolescentes y mujeres se sienten física y emocionalmente protegidas y donde se realizan actividades que les permiten socializar y reconstruir redes sociales. Allí reciben apoyo psicosocial, refuerzan capacidades que les permiten enfrentar situaciones de violencia basada en género (VBG) y obtienen información sobre temas relacionados con los derechos de las mujeres, la prevención de VBG, la salud y los servicios disponibles[1]. 

“Me fui vinculando con las mujeres y me fui integrando, me fue gustando porque aparte de que no me gustaba hablar con nadie, tenía miedo. O sea, a raíz de todo lo que me estaba pasando, me encerré en un mundo que yo decía que ya no podía, que yo no quería salir donde yo estaba. No quería hablar con nadie, pero hoy no solo no me da miedo hablar sino que soy una lideresa, conozco mis derechos, yo tengo derecho a vivir sin violencias y a decidir sobre mi cuerpo aquí y en cualquier lugar”. - Comenta Nilse

Esta mujer migrante decidió empezar un proceso donde, de acuerdo a sus palabras, ha podido verse con amor, sentirse segura, conocer sus derechos sexuales y reproductivos, conocer las rutas de atención a la violencia basada en género, ha aprendido cómo identificar este tipo de violencia y acciones para prevenirla. Poco a poco se fue convirtiendo en un referente en su comunidad y al ser parte del grupo de lideresas, también empezó a visitar otros barrios, pues para ella era muy importante que otras mujeres, colombianas y venezolanas conocieran sus derechos y supieran que no están solas. Con el fin de llegar a más mujeres con información sobre sus derechos nació una iniciativa de estos grupos de mujeres, la estrategia Biciempoderadas, que acompaña UNFPA con apoyo de PRM, básicamente, las lideresas propusieron la bicicleta como un medio de transporte más efectivo para recorrer las comunidades entregando información y sensibilización frente VBG, ahora su presencia moviliza, se les reconoce como promotoras de los derechos de las mujeres y niñas y se ha consolidado como una experiencia demostrativa de liderazgo en Norte de Santander, Arauca y La Guajira.

“Biciempoderada para mí tiene un gran significado, ya que pedaleando llegamos a otras partes, para hacer entrega de información a más mujeres y salvar más vidas. Para mí es una oportunidad de fomentar el empoderamiento de muchas mujeres sobre la violencia basada en género. Aprendí sobre las rutas que existen para que puedan acudir en situaciones de violencia de género y así lo replico, mediante mensajes que salvan vidas en mi bicicleta”. -Nilse

Además de la información clave que difunden, la labor que realizan las más de 300 lideresas en la respuesta humanitaria para prevenir las violencias basadas en género- VBG, mejorar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y como primer eslabón de la respuesta a las sobrevivientes de VBG, es fundamental. Gracias a su trabajo más de 400 sobrevivientes decidieron buscar apoyo, a muchas las han ayudado a escapar, protegerse y las han conectado con los servicios disponibles.  

Nilse sigue apoyando a otras mujeres, migrantes y de comunidades de acogida en Colombia y sueña con poder seguir apoyándolas, “mi sueño es estudiar enfermería o  primeros auxilios, quiero ayudar a más mujeres, a las que más lo necesiten. Quiero seguir siendo lideresa y llegar muy lejos para ayudar”.