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La menstruación es un tema asociado con la sexualidad que aún hoy genera temor e incluso vergüenza. Existen grandes brechas de información y de acceso a insumos para el manejo de la menstruación, especialmente en zonas rurales, áreas remotas, en poblaciones donde se presentan mayores vulneraciones a los derechos humanos y en contextos de crisis humanitaria.

 

Cada cultura, a lo largo de la historia, le ha atribuido elementos y significados diferentes a la menstruación, no obstante, la mayoría de ellos están asociados con algo negativo o sucio.  Muchas adolescentes y mujeres que hacen parte de los procesos formativos en derechos sexuales, derechos reproductivos y prevención de la violencia basada en género, promovidos por UNFPA, señalan que no es común hablar  de la menstruación, incluso se le ponen otra serie de nombres para mencionarla.  El tabú y el silencio asociado a la menstruación fomenta la desigualdad de género, porque impide que mujeres y niñas vivencien su cuerpo como un elemento positivo y que las empodera.

 

Además, algunas personas y culturas creen que con la primera menstruación o menarquia, las niñas están listas para iniciar la actividad sexual, lo que las hace vulnerables y aumenta los riesgos de violencia sexual y matrimonio infantil. Asimismo, no disponer de información completa y de calidad sobre la menstruación y los procesos reproductivos limita su autonomía y aumenta el riesgo de las niñas, adolescentes y mujeres a embarazos tempranos y no intencionados.

 

Las crisis humanitarias generan más barreras para obtener suministros y cuidados de higiene menstrual. Para este 2021, 6,7 millones de personas en Colombia requieren asistencia humanitaria, de ellas el 49% son mujeres[1]. La dificultad para obtener artículos para el manejo menstrual puede hacer que las niñas y adolescentes dejen de asistir al colegio, o que les impida a las mujeres salir a trabajar. Por ejemplo, las migrantes y refugiadas que llegan al país enfrentan grandes retos socioeconómicos que las obligan a tomar decisiones frente a su supervivencia; según lo relatan nuestras profesionales en terreno, las mujeres deben priorizar el acceso a los alimentos y al agua sobre los artículos de cuidado personal.

 

Por ello, es fundamental que la respuesta humanitaria contemple las necesidades particulares de mujeres y niñas, planear la gestión de albergues con baños que sean accesibles, privados, iluminados y con agua, proveer elementos para el manejo menstrual que estén adaptados al contexto de la emergencia, por ejemplo, para el caso de las migrantes o refugiadas caminantes. Junto a ello, actividades educativas en las que se aborden los mitos, prejuicios sobre la menstruación, puede contribuir a mitigar riesgos de  violencia basada en género, pues en las emergencias, las mujeres suelen estar expuestas a situaciones de explotación y abuso sexual, para cubrir  necesidades básicas como las de higiene menstrual.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, UNFPA llega directamente y de forma articulada con otras agencias y organizaciones, a las niñas y mujeres con suministros para el manejo de la  menstruación, información y apoyo a instalaciones sanitarias.

 

En el año 2020, UNFPA Colombia entregó 2.600 kits dignidad a mujeres y adolescentes de poblaciones afectadas por desastres naturales, conflicto armado y a mujeres migrantes, refugiadas y de comunidades étnicas, en los diferentes departamentos del país. Los kits dignidad contienen elementos para el autocuidado y el manejo de la menstruación, que responden a las necesidades específicas de las mujeres y adolescentes, de acuerdo a su contexto, poniéndolas a ellas en el centro de la atención y contribuyendo a que puedan manejar dignamente la menstruación.

 

El UNFPA también realiza actividades educativas y entrega información acerca de la menstruación, ayudando a las personas a comprender que la menstruación es sana y normal. Además, en el marco de los derechos sexuales y reproductivos, ayuda a crear conciencia sobre el hecho de que la aparición de la menstruación (menarquia) no implica preparación física o psicológica para iniciar actividades sexuales, casarse o tener hijos.

El tema del Día de la Higiene Menstrual de este año es “Acción e Inversión en Higiene y Salud Menstrual”. El día se observa el 28 de mayo porque los ciclos menstruales tienen una duración media de 28 días y las personas menstrúan cinco días al mes como promedio, y mayo es el quinto mes del año.

 

Asegurar todas las condiciones para que las adolescentes, jóvenes y mujeres en contexto de vulnerabilidad incluidas las migrantes, desplazadas y afectadas por situaciones humanitarias puedan asumir la vivencia de sus cuerpos y su sexualidad como algo natural, que les asegure información, insumos y servicios, hace parte integral de la garantía de los derechos sexules y los derechos reproductivos.

 

El UNFPA apoya los derechos sexuales y reproductivos de todas y todos. Seguiremos trabajando de la mano de los gobiernos locales y Gobierno Nacional, así como con otras agencias y organizaciones para que la menstruación no sea sinónimo de dejar de realizar actividades, sentir miedo o vergüenza y ser tratada como inferior o estar expuesta a más vulnerabilidades. ¡Menstruar con dignidad es un derecho humano que debe preservarse!