Resiliente, valiente y orgullosamente indígena. Así es Herla Bomba, una mujer que, desde un salón de clases en Caldono, Cauca, lucha por conservar la lengua nativa de su pueblo. Al ritmo del ancestral sonido del Nasa Yawe, esta maestra de 29 años inspira a sus estudiantes a mantener y fortalecer las costumbres de su comunidad, a través del tejido y la tulpa, un fogón sagrado donde convergen sabiduría, historias y la esencia misma de su comunidad.
Como integrante del Proyecto ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’, iniciativa de UNFPA Colombia, ONU Mujeres y con apoyo del Gobierno de Corea, Herla no solo ha incluido en sus clases temas como estereotipos e igualdad de género, también dio vida a ‘Mi cuerpo, mi territorio, yo decido por él’, una iniciativa que nació de su propia experiencia, y con la que busca que las jóvenes Nasa Yuwe, tengan acceso en su propia lengua a información sobre salud menstrual.
Cuando Herla no está sembrando semillas de cambio con sus enseñanzas y un pizarrón de fondo, teje collares y cultiva la tierra, esa Pachamama que tanto ama y en la que constantemente busca armonía entre el padre Sol y la madre Luna para mejorar sus cultivos, y de paso aportar a la construcción de una sociedad donde, como ella misma lo dice, las mujeres ocupen un lugar lejos de los estereotipos y sean las protagonistas de su propia historia sin miedo, sin pena, sin límites.