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“Por espacio de siglos, las personas afrodescendientes en América Latina y el Caribe han debido enfrentar una discriminación y una segregación estructurales profundamente arraigadas en el racismo, el colonialismo y la esclavitud. Las consecuencias de estas violaciones persisten al día de hoy y continúan provocando estragos en nuestras sociedades e instituciones[1].

Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA

 

Bogotá D.C., julio 25 de 2020. En 1992, durante el Primer Encuentro de Mujeres Afrodescendientes celebrado en República Dominicana, se proclamó el 25 de julio como el Día Mundial de las Mujeres Afrodescendientes, generando así un importante espacio de reivindicación de los derechos, luchas, contribuciones y la dignidad de las mujeres afrolatinas, afrocaribeñas y de la diáspora.

La Asamblea General de la ONU proclamó los años de 2015 a 2024 como el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, con objetivo de garantizar el pleno disfrute de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de esta población, y su participación igualitaria en todos los espacios de la sociedad. [2]

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en Colombia 4´671.160[3] de personas se auto-reconocen como población Negra, Afrocolombiana, Raizal y Palenquera (NARP), de las cuales el 51,2%[4] son mujeres, adolescentes y niñas.

Históricamente, la población afrodescendiente en Colombia ha enfrentado brechas socioeconómicas y de acceso a servicios básicos. Estas desigualdades se profundizan cuando se trata de las mujeres, quienes se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad socioeconómica, además de estar expuestas a discriminación, estigmatización y violencia por razones de género y etnia. Para el año 2019, el Sistema de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA), registró que el 66% de los casos de violencia en contra de mujeres afrodescendientes fueron por violencia física.

En Colombia las barreras de acceso a la información y a servicios de salud sexual y reproductiva con enfoque étnico, las necesidades insatisfechas en anticoncepción y la falta de asistencia calificada en los partos en zonas rurales y dispersas, son factores determinantes para que la tasa de mortalidad materna entre las mujeres afrodescendientes sea 3,1 veces más alta que el promedio nacional*.

En este contexto, UNFPA resalta la necesidad de reconocer y visibilizar las brechas que enfrenta esta población, con el fin de disponer de políticas y programas que garanticen los derechos y reduzcan las inequidades socio-económicas en las cuales se encuentran las niñas, adolescentes y mujeres afrodescendientes del país.

 

[1] Dra. Natalia Kanem (2020). Luchando juntos en contra del legado de la esclavitud; el racismo, la discriminación y la injusticia. Recuperado de: https://www.unfpa.org/es/press/luchando-juntos-en-contra-del-legado-de-la-esclavitud-el-racismo-la-discriminaci%C3%B3n-y-la

[2] Asamblea General de Naciones Unidas (2014). Decenio Internacional para los Afrodescendientes 2015-2024. Recuperado de: https://www.un.org/es/observances/decade-people-african-descent/programme-activities#:~:text=La%20Asamblea%20General%20de%20la,civiles%20y%20pol%C3%ADticos%20de%20las

[3] DANE (2018). Encuesta de Calidad de Vida.

[4] DANE (2018). Censo Nacional de Población y Vivienda.

*La tasa de mortalidad materna en Colombia es de 51,3 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.