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“A medida que las adolescentes efectúan la transición de niñas a mujeres, su salud y sus derechos sexuales y reproductivos adquieren una relevancia todavía mayor. Con la capacidad recién descubierta para tomar decisiones acerca de sus cuerpos, sus vidas y su mundo, y el deseo de hacerlo, están alzando la voz para expresar sus necesidades y sus sueños. Es hora de escucharlas.” - Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA

 

 

Bogotá D.C. Febrero 5 de 2021. La Mutilación Genital Femenina - MGF - es una práctica nociva y una forma de violencia basada en género, que vulnera los derechos sexuales y derechos reproductivos, así como el derecho a vivir una vida libre de violencias, de las niñas, adolescentes y las mujeres. Se ha identificado como una práctica sociocultural, que implica la alteración, extirpación o lesiones a los órganos sexuales femeninos externos, de forma intencional y con fines no médicos.

 

Las consecuencias generadas por la MGF van desde afectaciones físicas como inflamaciones, infecciones, fiebre y hemorragia, dolores crónicos, reducción del placer sexual y aumento de riesgos a eventos adversos durante el parto y el post-parto, hasta afectaciones en la salud mental de las víctimas, asociadas principalmente al estrés postraumático.

 

En Colombia se ha comprobado la existencia de esta práctica nociva en algunas comunidades indígenas. Sin embargo, existen retos para su medición y la generación de estadísticas que permitan dar cuenta de su magnitud. Frente a esto, diferentes instituciones del orden nacional y de cooperación internacional como el Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA -, han aunado esfuerzos para mejorar la medición de la práctica. Un resultado relevante de esta articulación es la inclusión de las cuatro formas de MGF en la ficha de registro del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA), lo cual permitió al Instituto Nacional de Salud identificar 11 casos sospechosos en 2020[1] de los cuales, siete (7) se registraron en Risaralda, tres (3) en Valle del Cauca y uno (1) en Cauca.

 

Las acciones de prevención y atención de la MGF priorizadas por el UNFPA han estado orientadas a acompañar procesos de fortalecimiento de capacidades técnicas en el abordaje integral de la MGF, incluido el manejo clínico, que involucran a las autoridades nacionales e indígenas. Así mismo, se han implementado procesos relacionados con la formación en derechos sexuales y derechos reproductivos y violencias basadas en género buscando impulsar procesos de empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres indígenas y, a su vez, la transformación de la práctica. Finalmente, se ha buscado fortalecer la medición de la práctica en Colombia, para dimensionar su magnitud, desarrollar intervenciones más pertinentes y medir el impacto de los esfuerzos que se realizan tanto desde la cooperación, como desde la institucionalidad y las comunidades.

 

Estas acciones son ahora más necesarias, considerando, las medidas de confinamiento y restricción de movilidad han aumentado las barreras de acceso a los servicios de atención dispuestos para las sobrevivientes de esta forma de violencia, así como la imposibilidad de llegar a los territorios de las comunidades indígenas más afectadas por la MGF, aumentando los riesgos para las niñas, adolescentes y mujeres colombianas de ser víctimas de esta práctica nociva, y disminuyendo su oportunidad para acceder a servicios de atención oportunos.

 

En el contexto descrito, la generación de estrategias conjuntas, basadas en el respeto de la cosmovisión de las comunidades indígenas y que involucren a diversos actores, entre ellos, las organizaciones de la sociedad civil, los líderes y las lideresas, las autoridades indígenas, la cooperación internacional y la institucionalidad, resultan fundamentales para lograr la erradicación de la mutilación genital femenina, y aportar al cumplimiento de la meta 5.3 de la Agenda 2030, relacionada con la eliminación de todas las prácticas nocivas, incluida la MGF,  que afectan a niñas, adolescentes y mujeres en Colombia y en el mundo.

 

Dicho lo anterior, UNFPA reafirma su compromiso frente a la erradicación de la mutilación genital femenina, trabajando en el fortalecimiento de su medición para identificar con claridad la dimensión y el impacto de esta práctica en el país, así como en la implementación de acciones dirigidas a acompañar procesos de empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres, que aseguren el ejercicio libre y pleno de sus derechos sexuales y derechos reproductivos, así como el derecho a vivir una vida libre de violencias.

 

 

 

[1] Datos preliminares 2020.