“Es el momento de actuar, y de forma urgente, para garantizar que todas las mujeres y las niñas puedan ejercer sus derechos”
No actuar implica un coste demasiado alto: muchas mujeres y niñas mueren, hay más niñas embarazadas que abandonan la escuela, y el potencial de las personas y las sociedades queda desaprovechado. No hay tiempo que perder. Nuestro futuro depende de ello.
Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA
Bogotá D.C. Octubre 11 de 2020. En diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró esta fecha como el Día Internacional de la Niña, buscando crear conciencia sobre la situación de las niñas en el mundo y promoviendo la garantía de sus derechos.
En Colombia, las niñas y adolescentes han estado expuestas a situaciones de especial vulnerabilidad a causa de factores como el conflicto armado, la pobreza multidimensional y entornos educativos, institucionales y comunitarios que frecuentemente reproducen estereotipos e imaginarios de género. A pesar de los esfuerzos para prevenir el embarazo en las niñas y adolescentes, aún cada día 15 niñas tienen hijas/os en Colombia, situación todavía más complicada para las niñas de las áreas rurales o en mayores contextos de vulnerabilidad.
La violencia por razones de género y violencia sexual se evidencian como problemas estructurales que enfrentan las niñas y adolescentes en su cotidianidad, teniendo consecuencias severas y profundas sobre su integridad y sus vidas. En el país, en lo corrido de 2020[1], se han registrado 33.628 niñas y adolescentes víctimas de violencia, el 42% de violencia sexual y el 32% de negligencia y abandono. Así mismo, en el marco del conflicto armado, el Registro Único de Víctimas (RUV) ha registrado 1.345[2] niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual.
Es importante resaltar también que, en el marco de la situación de pandemia generada por la COVID-19, el confinamiento y las medidas restrictivas han evidenciado riesgos importantes e impactos desproporcionados para la vida de las niñas. Sobre todo aquellos relacionados con la violencia sexual e intrafamiliar, sobrecarga en las tareas relacionadas con el cuidado del hogar y restricción en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
En este contexto, es necesario redoblar los esfuerzos para garantizar los derechos de las niñas y adolescentes, a través de políticas públicas que generen transformaciones profundas en los ámbitos individual, familiar, comunitario e institucional. Lo anterior, implementando procesos de deconstrucción de estereotipos y de normas discriminatorias, asegurando el acceso a una educación integral libre de prejuicios y de discriminación, así como a la Educación Integral en Sexualidad - EIS -.
En la actualidad, UNFPA continúa trabajando en acciones que forjen el camino para lograr una igualdad real y efectiva, poniendo las necesidades de niñas y adolescentes en el centro de la agenda programática. Hoy se reafirma el compromiso de contribuir para que esta población cuente con un contexto que posibilite el desarrollo de todas sus potencialidades, encuentre su propia voz, participe en procesos transformadores y de reconocimiento de sus derechos sexuales y derechos reproductivos, se empodere frente a la autonomía sobre su cuerpo, así como el derecho a vivir una vida libre de violencias.